Surge un dilema cuando un mismo comportamiento afecta a dos áreas de tu vida que son incompatibles entre sí.

Fácilmente reconocerá que está en él porque sus acciones serán simultáneamente reforzadas por un lado y examinadas por el otro.

No hay solución que satisfaga a todas las partes: cuanto más favorecida una parte, más sufre la otra parte.

Y, como si eso no fuera suficiente, un término medio suele ser la mejor manera de mantener a todos infelices.

 Dilema vs. elección sencilla

Los dilemas tienen un componente inevitable que los separa de las opciones normales y agrega un nivel de drama intratable: son más impactantes a nivel emocional.

Esto se debe a que los factores conflictivos relevantes afectan a terceros con quienes mantienen contactos importantes.

En una simple elección, las consecuencias de ponerse de un lado o del otro son sólo para sufrirlas o disfrutarlas.

Otra diferencia importante de un dilema es que las partes interesadas tienen una relevancia similar para usted, por lo que es (en principio) imposible priorizar una sobre la otra.

 

Caso clásico 1: Adolescencia

Lado uno: Amigos y Aceptación Social

Lado Dos: Familia y Buenos Caminos

Convertirse en adulto significa volverse gradualmente más autónomo, confiar cada vez menos en el núcleo conocido para encontrar su núcleo.

Los amigos brindan un escenario ideal para explorar sus límites en presencia de un grupo que refuerza cada simulacro de una nueva identidad.

El otro lado del dilema es la familia. Nada tranquiliza más a los padres adolescentes que las señales de un buen pronóstico para su hijo.

El clásico obtiene buenas notas, un sentido adulto de la responsabilidad y una presencia firme con un candor infantil.

¿Una de las razones que hace de la adolescencia un período crítico es que estas dos necesidades sociales que son incompatibles entre sí no pueden cumplir con las limitaciones?

 

 Caso Clásico 2: Elección de Socios

Lado uno: ¿Qué me gusta?

Lado dos: lo que es correcto para mí

Afortunadamente, no todo amor tiene que superar este predicamento.

Muchas veces, la persona que te conviene es también la persona que más te gusta. Si es así, entonces felicidades.

Las elecciones de pareja difíciles son aquellas que no se ajustan del todo a estos elementos.

Hay dos ejemplos clásicos: la persona que más te entusiasma no ofrece un proyecto común de solvencia que inspire confianza; el candidato teóricamente impecable no puede satisfacer otros placeres más inmediatos.

La literatura proporciona mucha tinta para esta confrontación entre la mente y la razón.

Solo remarcamos que cuando las cosas van mal a este nivel es porque la incompatibilidad es muy común, ya sea por la forma de encontrar pareja, o por la polarización de la situación.

En cualquier caso, este es el primer objetivo para resolver este eterno dilema.

 

Caso clásico 3: Trabajo

Clásicos del cine americano

Lado 1: Proyección

Lado 2: Satisfacción

Por un lado están las expectativas de carrera basadas en el entusiasmo y la franqueza formadas durante la primera experiencia profesional: el trabajo es fuente de prestigio, el desarrollo de los talentos personales asegurará un lugar relevante en el mundo, además de forjar relaciones interesantes.

Unos años tarde, pero un sólido paso adelante, y aquí viene el adversario: la vida personal que sacrificaste por todos estos logros profesionales.

Ha reclamado su puesto con creciente urgencia, especialmente cuando se trata de formar una familia. El dilema aquí es claro: el tiempo que pasas en el trabajo no lo dedicas a otras cosas, y viceversa.

Además, si tu plan es no renunciar a nada y darlo todo, pronto te resultará difícil intentar acertar en el círculo. A saber: ansiedad, depresión y sentimientos de estar haciendo algo mal.

 Qué hacer en estas situaciones

Es más efectivo dirigir el análisis a la causa objetiva (consecuencias en el conflicto) que analizar el malestar (ansiedad, depresión, etc.) generado por la situación.

Entonces, el primer paso para salir de estos callejones sin salida es analizar las partes involucradas en el conflicto y sus opciones para superarlas. Sería mejor si estuviera escrito.

Lo siguiente es distinguir si el conflicto está provocado por una falsa percepción de la situación, o si es cierto que el entorno es tan desfavorable.

Cuando un dilema está claramente sobre la mesa, sus soluciones incluyen el desarrollo de habilidades para tomar decisiones y, a veces, la capacidad de negociar y manejar la ansiedad.

Equipo Psiquiatras Online

 

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