Si bien la globalización y las redes sociales no pueden ser por sí solas los guardianes o la única causa de todos los males de nuestro tiempo, la forma en que nos llevan a conectarnos entre nosotros puede desarrollar conductas menos beneficiosas para nosotros y los demás.

Son tiempos de competencia y necesidad de demostrar nuestra valía y lo útiles y capaces que somos, lo que nos lleva a proyectar nuestros propios miedos y frustraciones en los que nos rodean y en nuestro entorno más cercano.

Los niños no pueden escapar de esta realidad y los lleva a una necesidad desesperada de protección. Intentamos que no se repitan en ningún caso por imitación o mal aprendizaje, los errores les son ajenos, y queremos que el camino que les signifique la vida sea lo más cómodo posible.

Entonces, por el deseo de protegerlos, a veces vamos demasiado lejos (ciertamente sin intenciones negativas) hasta el punto de interponernos en el camino de lo que pueden y deben hacer por sí mismos.

¿Qué es una relación padre-hijo?

Este concepto incluye a los padres que son choferes, directores técnicos, guardaespaldas, tutores privados de tiempo completo y, por supuesto, el trabajo más grande y gratificante para sus hijos, amas de casa de tiempo completo.

Un padre sobreprotector o superpadre es aquel que no ve la necesidad de que su hijo aguante y se apresura a actuar para satisfacer sus deseos sin cuestionar mucho.

Son unos padres totalmente estresados, no solo por el día a día, sino porque quieren crear un mundo perfecto para sus hijos, que por supuesto no existe. Terminan criando niños abrumados que crecen para ser sobreprotectores e incapaces de funcionar de forma independiente.

Consecuencias de la hiperpaternidad

Una de las mayores consecuencias de este tipo de crianza para los niños es, sin duda, la poca o nula tolerancia a los contratiempos. En los casos más severos, esto puede derivar en algún tipo de trastorno de personalidad.

Hoy queremos dientes perfectos, cuerpos perfectos, vacaciones y casas perfectas y, por supuesto, los niños perfectos para completar el cuadro.

Sin duda, esto se suma al estrés creado por el estilo de vida actual y la presión que transmitimos a nuestros niños porque somos sus modelos más cercanos y verdaderos.

Les crea una serie de déficits emocionales, no saben desenvolverse en un grupo de personas. Se sienten débiles y llenos de miedo».

Estos comportamientos que presentan los padres tienen un origen que es más antiguo que la misma persona, a saber, el miedo. Miedo a no darles todo lo que creemos que se merecen. Miedo a no poder hacerlos felices. por miedo a su sufrimiento. Ni siquiera lograr esos hijos perfectos que queremos tener.

Es difícil de creer, pero este miedo nos lleva directamente a la paradójica consecuencia de criar niños que tienen todos los problemas de los que los estamos protegiendo.

¿Cómo evitar una excesiva relación padre-hijo?

Tenemos que relajarnos y disfrutar de ser padres para que ellos puedan disfrutar de ser niños mientras asumen las responsabilidades que conllevan ambas situaciones.

No confundas cariño con amor y protección, no confundas enseñar con evitar que se equivoque. No podemos enseñarles que hay una solución rápida para todos sus problemas, porque ciertamente ese no es el caso en su vida adulta.

Equipo Psiquiatras Online

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