Las emociones son las respuestas fuertes y automáticas que sentimos cuando nos enfrentamos a estímulos externos o percepciones internas en el cerebro. Pueden ser positivos (como la felicidad y el orgullo) o negativos (como el miedo, la tristeza, la ira o el dolor). En su mayor parte, sin embargo, son útiles, ya sea que nos hagan sentir bien o mal.

Aprende a educar tus emociones

La inteligencia emocional, o la capacidad de comprender las emociones y gestionarlas adecuadamente, es una cualidad muy necesaria en nuestra vida personal y profesional.

Afortunadamente, esto se puede mejorar de manera efectiva con la ayuda de un psicólogo. Pero más allá de la ayuda profesional, existen pautas y consejos que muchas veces nos pueden ayudar a desarrollar hábitos que ayuden a regular nuestras emociones. Estas son algunas ideas clave que pueden ayudar en este sentido.

Entrenar la capacidad de reconocer emociones

El primer paso para aprender a gestionar las emociones es identificar y analizar la emoción que estamos sintiendo, percibiendo las sensaciones corporales que nos hace sentir y los pensamientos que nos genera.

Esta es una tarea basada en la introspección a la que podemos dedicar unos minutos cuando estamos más abrumados emocionalmente durante la semana; tomar pequeñas notas sobre esto a menudo ayuda, por lo que lo ideal es llevar un pequeño cuaderno o anotar con su libro.

 

Aceptar y expresar emociones

Aceptar una emoción, aunque sea dolorosa, es otro paso clave para aprender a educar y gestionar las emociones. La idea de fondo es que intentar suprimirlos o eliminarlos por completo no solo es imposible a corto plazo, sino que hará más difícil dejar de darles más importancia.

Nuevamente, es muy recomendable expresar esta emoción tanto como sea posible, ya sea al círculo más cercano de familiares y amigos, o llevar un diario o auto-registro de cómo nos sentimos cada día y cómo nos afecta.

Practica técnicas de relajación

Hay muchas técnicas que podemos practicar todos los días, ya sea aprender a manejar nuestras emociones poniendo nuestro sistema nervioso en un estado menos activo, o algunas de ellas pueden ser técnicas de respiración, meditación, relajación muscular progresiva de Jacobson o atención plena.

 

No bloquees los sentimientos que no te gustan

Tratar de detener o suprimir las emociones dolorosas es lo peor que hay. A la larga, este mecanismo crea todo tipo de problemas psicológicos porque promueve la rumiación psicológica, es decir, nos predispone a seguir pensando en cosas que nos preocupan o nos hacen sentir mal.

Aprende de los demás

Como muchas otras cosas en la vida, la inteligencia emocional también se puede mejorar a través del aprendizaje indirecto, es decir, observando a los demás. Puede ser útil preguntar abiertamente a amigos y familiares sobre los mecanismos que utilizan para controlar sus emociones, pero concéntrese en lo que hacen y cómo se sienten más útiles.

Equipo Psiquiatras Online

 

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