Sucede muy rápidamente. Abres una botella de tu bebida favorita y te la llevas a la boca. El sabor es casi irresistible. Pero después de un minuto, apenas puedes sentirlo cuando lo bebes.

O tal vez compraste un auto nuevo y pensaste que te haría sonreír cada vez que lo condujeras a lo largo de los años. Pero después de un mes, el sentimiento desapareció. Ahora es sólo un coche.

Este sentimiento de plenitud se llama adaptación hedónica, y le sucede a casi todo lo que nos hace felices. Mira a tu alrededor y piensa en cuánto amas las cosas que te rodean en primer lugar. Luego piensa cuánto te gustan hoy.

Disfruta de las primeras cosas

¿No sería bueno volver a la diversión original?

El arte de enfoque

En un estudio, les pidieron a 68 participantes que comieran palomitas de maíz. A la mitad se les dijo que comieran de forma normal, un grano a la vez, mientras que el resto usaba palillos.

Se descubrió que los que comían con palillos chinos disfrutaban más de sus palomitas de maíz que los demás, aunque a ambos grupos se les dijo que comieran al mismo ritmo lento.

Esto se debe a algo que los psicólogos saben bien: cuando algo parece nuevo, la gente le presta más atención. Cuando las personas prestan más atención a algo placentero, tienden a disfrutarlo más.

Es por esto que muchas personas buscan tanta variedad en lo que consumen. Compramos algo y lo usamos por un tiempo hasta que se vuelve familiar y mundano, luego compramos otra cosa pensando que nos hará felices.

Desafortunadamente, tales alternativas son costosas y, en situaciones como casas y cónyuges, a veces son una opción muy extrema para lidiar con la familiaridad inevitable.

La investigación sugiere otra opción: en lugar de reemplazar algo cuando se sienta cansado, intente comer o interactuar con él de formas no convencionales.

Oportunidad de negocio

Por supuesto, la idea no es del todo nueva. Muchas empresas ya están utilizando este concepto para brindar a los clientes una experiencia más placentera.

Existen restaurantes donde los comensales se acuestan en la cama, flotan en el aire y cenan frente a modelos desnudos. Incluso hay un restaurante donde los comensales comen desnudos.

Por ejemplo, cuando las personas comen varias rebanadas de pizza en un restaurante, generalmente las terminan de la misma manera. Sería un problema si la gente se saltara el último bocado por saciedad, ya que nuestra memoria de una experiencia depende mucho de lo que sucedió al final.

En lugar de apagar todas las luces para hacer que la cena sea más placentera como la tendencia de las cenas oscuras, las pizzerías pueden animar a los clientes a comer cada porción de pizza de manera diferente, como doblarla por la mitad, boca abajo, con un tenedor y un cuchillo, con palillos o con los ojos vendados Si lo hacen, creemos que podrían descubrir que a sus clientes les encanta su última pieza tanto como la primera.

Por encima de todo, la diversidad es la sal de la vida, no solo en lo que hacemos, sino en la forma en que lo hacemos. Saber esto puede ayudar a las empresas y los clientes a maximizar su disfrute.

Equipo Psiquiatras Online

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