Sin importar el proyecto, este puede fallarte. Sea cual sea el detalle que veas, se pueden quedar cabos sueltos que hagan naufragar el plan. Es real pero cierto, ese proyecto que trabajaste puede ser rechazado.

El plan que hiciste puede irse por la borda. El éxito yu el fracaso va de la mano. No es sensato tener plan B.

Esa relación entre plan A y B

Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad de Pensilvania han hecho estudios muy interesantes sobre cómo las personas lidian con el Plan A y el Plan B.

En uno de los experimentos, pidieron a cientos de participantes que descifraran oraciones codificadas en un tiempo determinado. Las recompensas por el éxito varían, pero incluyen bocadillos gratis o un pago único.

Crear un plan alternativo agotará el impulso

Cuando Hernán Cortez invadió México en 1519, decidió hundir 11 barcos. No los destruyó como dice la leyenda, pero envió un mensaje claro a sus hombres: volver era una posibilidad remota y no deberían considerarlo.

Básicamente, lo que sucede es que tener un plan B mata el impulso. De hecho, no olvide que el miedo al fracaso, o incluso la incomodidad experimentada fuera de su zona de confort, es un poderoso motivador para el esfuerzo y, a menudo, conduce al éxito.

Tener un Plan B, especialmente si te has marcado metas muy ambiciosas que requieren mucho esfuerzo y constancia, puede hacer que tires la toalla antes y vuelvas a tu zona de confort de controlar el miedo y la ansiedad.

Por supuesto, lidiar con juegos de palabras no es lo mismo que lidiar con grandes proyectos de vida, pero estos experimentos advierten que reducir el miedo y la ansiedad inherentes a los grandes proyectos mediante la adopción de planes alternativos también reduce la motivación.

El tema con el plan B

En primer lugar, es importante tener en cuenta que estos resultados se aplican principalmente a objetivos en los que el éxito depende en gran medida del esfuerzo. Por tanto, para aquellos objetivos en los que entra en juego la oportunidad, el plan alternativo sigue siendo una opción perfectamente válida.

En segundo lugar, el plan B no tiene que ejecutarse junto con el plan A. Cuando comienza a darse cuenta de que el plan principal falló o que hizo lo mejor que pudo y el resultado final, es posible que tener un plan alternativo no funcione. trabajar. Depende completamente de ti. En este caso, el Plan B puede ser la opción más inteligente.

En cualquier caso, es importante analizar si el problema de conseguir el objetivo se debe a la ansiedad oa la falta de motivación. Si el miedo y la ansiedad son demasiado grandes, pueden paralizarse, por lo que tener un Plan B puede ayudarlo a lograr sus objetivos mientras mantiene el máximo rendimiento. Por otro lado, si el problema es la motivación, es mejor no pensar en planes alternativos, ya que es más probable que tires la toalla.

Equipo Psiquiatras Online

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