Una sana autoestima nos puede ayudar a alcanzar nuestras metas y a desarrollar habilidades y talentos, pero no podemos referirnos a ella sin mencionar otro concepto muy importante: la asertividad.

 

Así como la autoestima tiene que ver con el amor y valor que nos damos a nosotros mismos y se forma a partir del valor y amor que nos dan las personas cercanas y significativas desde que somos niños, la asertividad tiene que ver no sólo con respetarnos y amarnos a nosotros mismos, sino con ser capaces de hacerlo también con los demás, en el momento, tono y con las palabras correctas.

Como decía Aristóteles: “Cualquiera puede poner furioso…eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto y de la forma correcta….eso no es fácil”.

La asertividad según Olga Castanyer -psicoterapeuta española- es la “expresión de una sana autoestima”, porque no podemos dar aquello que no tenemos, o que no hemos vivenciado en nuestro cuerpo.

No podemos amar, valorar y respetar a otra persona, si no hemos logrado hacerlo con nosotros mismos. No es posible aprehenderla desde el intelecto, sino que se requiere de la experiencia y la práctica.

A través del crecimiento personal también es posible desarrollarla. Muchas veces las situaciones, experiencias difíciles y dolorosas que vivimos nos llevan a nuestros límites y desde esos lugares podemos reconocer la relevancia y real significado de estas herramientas.

Se puede definir este importante término como la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los otros. Muchos la conocen como habilidades sociales, es decir, la capacidad que cada persona tiene para relacionarse de forma amable y empática con otros.

En este sentido, podemos identificar 4 tipos de maneras de comportarnos en presencia de otros.

Identifica cuál es tú es la tuya:

  • Sumis@: no defiende sus derechos e intereses personales. Respeta a los demás, pero no a sí mismo.

 

  • Agresiv@: defiende sus derechos e intereses personales en exceso, sin tener en cuenta los de los demás. A veces, incluso, no los tiene realmente en cuenta. Carece de habilidades para afrontar ciertas situaciones.
  • Pasiv@ – agresiv@: está entremedio del sumiso y del agresivo. Utiliza el chantaje emocional, es decir, lograr que los demás le hagan favores, lo refuercen, lo acompañen etc, a base de hacerles sentir culpables.

 

  • Asertiv@: Las personas asertivas conocen sus derechos e intereses y los defienden respetando a los demás. No buscan ganar sino llegar a un acuerdo.

 

¿Cómo se comporta una persona asertiva?

  1. Sabe decir “No” o mostrar su postura hacia algo
  • Manifiesta su propia postura ante un tema, petición o demanda, aunque sea contraria a la opinión de los demás.
  • Expresa razonamiento para explicar, justificar su postura, sentimientos y peticiones.

 

  1. Sabe realizar peticiones
  • Expresa la presencia de un problema que le parece debe ser solucionado (cuando lo haya).
  • Sabe pedir un cambio de conducta cuando siente que no es respetado; o pedir una acción concreta, por ejemplo, colaboración para ordenar y mantener limpio el hogar.

 

  1. Se autoafirma
  • Reacciona cuando siente que no se le esta respetando, pero sin agredir a la otra persona.
  • Exige respetuosamente su derecho a ser escuchad@, atendid@ o tomad@ en cuenta.

 

  1. Resuelve conflictos en forma que se respeten ambas partes
  • Reacciona con autoestima ante críticas
  • Emite críticas de manera respetuosa
  • Negocia acuerdos

 

  1. Sabe expresar emociones
  • Expresa gratitud, afecto, admiración
  • Expresa insatisfacción, dolor desconcierto, pena, etc

 

Los invito a desarrollar estas herramientas. A valorarse y a valorar a las otras personas con las cuales compartimos este planeta.

Practica una característica a la semana y verás los cambios!.

 

Psicóloga Daniela Weaver

Equipo Psiquiatras Online

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