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La relación de los trastornos de conducta alimentaria y el deporte

Por lo general, solemos asociar ciertos Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) con personas que practican algún tipo de deporte. No obstante, la práctica deportiva aporta una gran cantidad de beneficios tanto a nivel físico como mental.

La aparición de trastornos de la conducta alimentaria es más común en deportes donde el peso corporal tiene una importancia especial, como aquellos con categorías de peso, deportes en los que la estética y el físico están involucrados, y deportes de resistencia donde los deportistas suelen asociar menos grasa con un mejor rendimiento.

Un factor de riesgo posible para el desarrollo de un TCA es una alimentación desordenada. Desde la perspectiva deportiva, los nutricionistas buscamos optimizar la nutrición para maximizar el rendimiento del deportista. Por lo tanto, es crucial educar a los deportistas sobre la importancia de la nutrición y prevenir posibles trastornos, considerando la complejidad de los factores involucrados.

¿Qué entendemos por un trastorno de la conducta alimentaria?

Un trastorno de la conducta alimentaria se refiere a una afectación seria de la salud mental que altera la relación de una persona con la comida. Estos trastornos pueden manifestarse de diversas maneras, como la restricción extrema de la ingesta de alimentos, episodios recurrentes de ingesta excesiva o patrones alimentarios selectivos y evitativos. No solo implican la cantidad de alimentos consumidos, sino también las actitudes y pensamientos relacionados con la comida, el peso corporal y la imagen corporal.

Los TCA son considerablemente frecuentes en la población mundial, pero en el ámbito deportivo, especialmente entre atletas femeninas y jóvenes adolescentes, el porcentaje se eleva significativamente.

¿Cuáles son los tipos de TCA conocidos?

Los TCA más comunes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno de la conducta alimentaria no especificado.

La anorexia nerviosa se caracteriza por consumir menos energía de la necesaria y tener una percepción distorsionada del propio cuerpo, viéndose con un peso superior al real, lo que puede causar problemas graves de desnutrición e incluso llegar a ser letal por inanición.

La bulimia nerviosa implica episodios de atracones seguidos de vómitos u otras formas de compensación, como el uso de laxantes o ejercicio intenso. Este trastorno no siempre está relacionado con un infrapeso o sobrepeso y puede causar problemas físicos y mentales.

El trastorno por atracón consiste en episodios de atracones incontrolados sin las compensaciones asociadas con la bulimia. Esto lleva a una ingesta excesiva de calorías y se asocia con sobrepeso y obesidad.

El trastorno de la conducta alimentaria no especificado se clasifica cuando no se cumplen los criterios para los TCA mencionados anteriormente.

¿Cuáles TCA están más vinculados con el deporte?

Aunque los TCA tienen una mayor prevalencia en la población deportiva que en la general, aquellos trastornos que involucran la pérdida de peso, como la anorexia y la bulimia, suelen estar más relacionados con ciertos deportes.

La prevalencia de los TCA en el deporte es más alta en atletas femeninas y en etapas de crecimiento, como la adolescencia, debido a la importancia de la estética durante ese período. No obstante, también hay deportistas masculinos que sufren de TCA.

Los deportes más propensos a TCA se pueden agrupar en los siguientes:

  • Deportes donde un bajo peso puede ser una ventaja competitiva y la estética es crucial, como el ballet clásico y la gimnasia.
  • Deportes de resistencia donde un bajo peso puede mejorar el rendimiento, como el ciclismo o correr.
  • Deportes donde los atletas tienen categorías de peso, como el boxeo, halterofilia, taekwondo, entre otros.

Padecer un trastorno de la conducta alimentaria cuando se practica deporte está fuertemente vinculado al síndrome de deficiencia energética relativa al deporte (RED-S por sus siglas en inglés). Esto puede provocar, además de los problemas asociados con el propio TCA, un déficit energético prolongado que lleva a la disminución de la masa muscular, favorece lesiones, osteoporosis, problemas menstruales y otros desequilibrios hormonales.

¿Cómo puede un nutricionista abordar la estrategia de un deportista con un trastorno de la conducta alimentaria?

Es fundamental destacar que los trastornos de la conducta alimentaria deben ser tratados de forma interdisciplinaria por médicos y psicólogos. Desde la perspectiva nutricional, también podemos contribuir y ser parte del proceso.

Esta colaboración de las tres partes garantizará un progreso exitoso. El psicólogo abordará la relación del individuo con la comida y sus sentimientos asociados. El médico evaluará el estado de salud mediante análisis, biomarcadores y la posible presencia de desnutrición. En cuanto a la parte nutricional, lo más crucial será proporcionar la energía necesaria para la práctica deportiva, explicando al deportista la importancia de la nutrición para el rendimiento. A partir de ahí, podemos ajustar la nutrición según los hábitos alimentarios, adaptando la frecuencia y cantidad de las comidas, y considerando si es necesario agregar avituallamientos durante los entrenamientos.

¿Es seguro seguir haciendo deporte?

Es esencial subrayar que el diagnóstico de un trastorno de la conducta alimentaria debe ser realizado por un médico y un psicólogo. Como nutricionistas, no podemos determinar si es seguro continuar con la práctica deportiva. Si el equipo médico lo aprueba y el psicólogo considera que es apropiado reintroducir la actividad física, entonces se podría considerar seguir con el deporte. Sin embargo, la práctica de ejercicio intenso como método de compensación por excesos alimentarios no sería adecuada en casos de TCA.

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