La ambición y la ambición ciega tienen diferencias puntuales, tienes que ver cómo se marca esta diferencia y tomar medidas cuando corresponda.

Las ambiciones pueden cegar a los humanos porque pasan los límites y dan paso  a todo tipo de condiciones para lograr hasta lo imposible.

Para el ambicioso no hay límites ni dificultades para lograr lo que se quiere.

La ambición ciega ha mostrado las bajezas a la que han llegado muchas personas en la historia de la humanidad, personas que no han temido en cometer crímenes con tal de sobreponerse a sus conciencias y a los intereses de los pueblos.

Los ejemplos son claros: Hitler, Fidel Castro, Hugo Chávez, Ceasescu y tantos otros. ¿Cuánto fue el mal que causaron estos tiranos y dictadores que usaron sus tierras para enriquecerse y agrandar sus arcas propias?

Son muchas las familias que han llorado por la vida de sus seres queridos que han muerto o que padecen en cárceles, destierros, persecuciones, muchas familias han muerto o padecen cárceles.

 

Ambición que no es ciega

La ambición que no es ciega es aquella donde las personas se trazan metas y buscan conseguirlas. Es una energía que reciben y un coraje para poder concretar los planes y deseos que tienen.

De este modo cuando hablamos de ambiciones sanas o positivas se trata de personas que son responsables de los logros y los éxitos en consecuencia con el esfuerzo, capacidad y tesón.

Se sienten orgullosos del rendimiento y los resultados. Incluso aceptando los fallos y fracasos como consecuencia de las acciones y decisiones.

Contrario a la ambición ciega donde las personas hacen sus actos sin medir las consecuencias, solo esperando poder conseguir sus deseos más oscuros.

Por ejemplo, en países de África o Asia, donde muchos tiranos han impuesto la voluntad y han causado la muerte de miles de personas. Mujeres, ancianos, niños que sin tener nada que ver en esto, han caído ante las ambiciones de los poderosos.

Características de los de ambición ciega

Estos ambiciosos negativos se limitan por:

  • La permanente búsqueda de metas y desafíos cada vez más complejos.
  • Necesidad de probar que se puede obtener todo lo que se propone.
  • Falta de satisfacción constante con lo alcanzado, la mirada al futuro.
  • No le da valor a lo que consiga, nada le parece suficiente.
  • Grandes deseos de vencer a la competencia.
  • Una gran necesidad de querer más.
  • Condicionar el valor como persona con el éxito que logra.
  • Necesidad constante de controlar
  • Puede tener desregulaciones leves a las emociones, como miedo, ansiedad, vergüenza, decepción.

Si estás con alguien que tiene ambición ciega y necesitas tratarla, no dudes en pedir hora con nosotros.

 

Equipo Psiquiatras Online

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