Muchos padres entienden la importancia de tener hábitos alimenticios saludables y mantenerse activos para proteger la salud física de sus hijos.

A medida que aumenta la incidencia de problemas de salud mental entre los niños, más y más padres se dan cuenta del valor de apoyar y cuidar la salud mental de sus hijos como parte de su salud y bienestar general.

La buena salud mental se trata de crear, cultivar y usar hábitos saludables cotidianos, como compartir y reconocer los sentimientos, corregir los pensamientos poco saludables e inútiles, mostrar empatía y desarrollar la resiliencia.

¿Cómo pueden contribuir los padres a la salud mental de sus hijos?

Los padres pueden ayudar a mejorar la salud mental de sus hijos de varias maneras. Algunos de estos incluyen:

Cultiva fuertes lazos emocionales:

Los niños necesitan formar fuertes lazos emocionales con familiares y amigos. Pasar tiempo juntos y formar una conexión emocional es fundamental para su bienestar, y también necesitan a alguien que esté presente regularmente en sus vidas y que pueda guiarlos en el desarrollo de habilidades de afrontamiento saludables para enfrentar la adversidad y resolver problemas.

Atento e involucrado

Los padres pueden promover la salud mental de sus hijos prestando atención a las señales verbales y no verbales de sus hijos. Esto les ayuda a identificar cuándo necesitan apoyo o con quién hablar.

Ser constante o comprometido significa estar alerta a sus necesidades no verbales físicas y emocionales y responder con empatía. De esta manera, los niños construirán una base segura a partir de la cual podrán mejorar su salud mental.

Escúchalos y respeta sus sentimientos:

La tristeza o la ira son sentimientos comunes que cualquier persona puede experimentar y no tienen nada de raro o malo. Anime a su hijo a hablar sobre sus emociones sin juzgarlos.

Mantenga la comunicación fluida haciéndoles preguntas sin violar su privacidad. Puede usar las cenas familiares o el tiempo juntos para resolver las cosas. Si tiene problemas para hablar con su hijo o hija, ayúdelo a encontrar a alguien en quien confíe con quien pueda hablar abiertamente.

Bríndales un ambiente hogareño seguro y estable.

El entorno en el que crecen los niños influye en su desarrollo, por eso es importante un entorno que se adapte a sus necesidades.

Establecer una rutina clara y consistente ayuda a los niños a saber qué esperar y sentirse seguros, mientras que los límites claros y consistentes les dan a los niños una sensación de seguridad y los ayudan a comprender lo que se espera de ellos.

Dar estructura

Es más fácil enfrentar los fracasos y las dificultades de la vida cuando sabemos que existen límites y rutinas. Esto incluye restricciones a la hora de acostarse, restricciones de uso de dispositivos electrónicos, reglas de descanso y expectativas sobre cómo nos comportamos con los demás y con nosotros mismos. Está bien permitirse algo de flexibilidad, pero establecer límites y brindar estructura le permite a su hijo saber que lo ama y se preocupa por su bienestar.

Ayúdalos a desarrollar habilidades para la vida.

Desarrolla confianza y autoestima mostrándoles tu amor y aceptación, destacando sus cualidades y talentos, elogiándolos cuando lo hacen bien, reconociendo sus esfuerzos y sus logros, por pequeños que sean. Interéselos, hágales preguntas sobre sus actividades e intereses, ayúdelos a establecer metas realistas.

Mejorar su resiliencia, lo que puede incluir ayudarlos a enfrentar desafíos y aprender de experiencias difíciles.

Hacerles experimentar emociones negativas

Deja que tu hijo experimente emociones como la angustia o el fracaso, y es natural que los padres quieran intervenir y evitar que su hijo sufra o fracase. Sin embargo, estas experiencias difíciles son fundamentales para la salud mental de un niño. El fracaso genera resiliencia y fomenta el crecimiento, la comprensión e incluso la empatía.

Ayúdalos a resolver problemas en situaciones difíciles.

Enséñales a afrontar las emociones negativas y a relajarse cuando se sientan deprimidos, enseñándoles estrategias de relajación como respirar hondo y realizar actividades que les calmen, como estar solos o salir a caminar.

Promover la conexión social

La salud social también es parte fundamental de nuestra salud mental. Estamos conectados y construir relaciones nos permite aprender a ser mejores personas y adquirir habilidades sociales básicas, como entender la comunicación no verbal.

Busca ayuda profesional si es necesario.

Buscar la ayuda de un psicólogo es importante cuando su hijo experimenta dificultades que usted no puede resolver, como signos de angustia emocional o un comportamiento inusual que afecta su bienestar.

Equipo Psiquiatras Online

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