Una persona narcisista es alguien que aparenta tener una autoestima demasiado alta y se cree superior a los demás, aunque en el fondo tiene miedo a enfrentar el mundo y a verse a sí mismo.

Tener una relación con un narcisista es difícil y más cuando es un padre. Este puede pasar por encima de la familia, solo por satisfacer sus necesidades.

Consejos para que lidies con un padre narcisista

Cuando aún eras pequeño, probablemente te esforzaste tanto por complacer a tus padres que tus propias necesidades y deseos quedaron en un segundo plano.

Como adulto, es posible que te des cuenta de que les has estado proporcionando todo el combustible que necesitan sus egos, pero resulta que es hora de poner tus necesidades en primer lugar.

Establecer límites es fundamental cuando tus padres tienen un trastorno de personalidad narcisista grave.

 

Debes aprender a desvincularte y poner límites

Para romper verdaderamente con la sombra de tus padres y crear una identidad, necesitas separarte, lo que básicamente implica dejar atrás lo que dice o hace el narcisista.

Para hacer esto, pon límites saludables, como limitar la comunicación por teléfono o correo electrónico.

Procura no caer en conflictos, pero deja los límites claros

Puede que no sea recomendable hacer una lista de los errores que cometieron los padres narcisistas mientras te criaban.

Los narcisistas no son muy buenos para recibir críticas.

Los padres narcisistas no admiten su culpa y, a menudo, son malos para la empatía, por lo que la confrontación directa es el preludio de más dolor, decepción y ansiedad.

Aun así, es necesario comunicar que necesitas más espacio.

Tómalo como algo que debes hacer, ten claro cuál es su posición y no culpe ni culpe a nadie. Es importante que te concentres en ti mismo, sabiendo que estás tomando las mejores decisiones para ti, tu salud mental y poder seguir adelante.

Ten claro que van a ponértela difícil

Ten en cuenta que es poco probable que los padres narcisistas respeten sus deseos al principio.

Esto se debe a menudo a que estas personas ven a sus hijos como una extensión de sí mismos, en lugar de individuos con sus propias necesidades.

Estas ‘rupturas’ pueden llevar a un sentimiento de culpa pérfida en los niños. Lo más importante es que aprendan a ser firmes y establezcan límites cuando los padres se portan mal, controlan, son agresivos o intimidan.

Una vez que hayas establecido un límite, no te detengas. No cedas ante su insistencia, autocompasión, amenazas, culpa u otras formas de chantaje.

Poner límites es la mejor manera de respetarte a ti mismo.

Este proceso lleva tiempo y requiere ser capaz de reconocer y creer que tienes derecho a priorizar tus sentimientos y necesidades y aprender a manejarlos.

Equipo psiquiatras online

 

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