Todos tenemos la necesidad de ponernos metas a corto, mediano y largo plazo. Se pueden alcanzar cuando se tiene una buna organización de las actividades. Veamos de lo que trata.

¿Qué es la falacia de planificación?

La falacia de planificación es un fenómeno que ha sido estudiado en diversas disciplinas como la economía, la estadística y la psicología.

La falacia de la planificación resulta ser un fenómeno o sesgo peculiar que tiende a afectar nuestras estimaciones del desarrollo del proyecto. La mayor dificultad a la hora de planificar un proyecto surge a la hora de estimar el coste y el tiempo que puede llevar su realización.

Las dificultades comienzan con el proceso de estimación inicial y surgen sesgos que finalmente afectan la forma en que percibimos la realidad. En otras palabras, este sesgo está relacionado con nuestro optimismo altamente estimado sobre la duración de una actividad, tarea o proyecto que creemos que tenemos que realizar (que creemos que terminaremos pronto).

Cuáles son sus características

Estas son sus características principales:

Tienden a percibir las situaciones optimistas sobre el proceso laboral

Con el tiempo, se puede encontrar que al momento de planificar, las personas tienden a tener una visión muy optimista de los escenarios de actividades, programas, proyectos, etc. que se van a desarrollar.

En otras palabras, el concepto de un individuo que enmarca una idea y un plan o proyecto es que todo saldrá como se espera, sin sorpresas, sin imprevistos o posibilidades desfavorables. Esto definitivamente no termina con múltiples adaptaciones, ya que no es raro que ocurran sorpresas durante algún proceso de planificación, como todos sabemos.

Prevalece el pensamiento ilusorio

Las ilusiones tienen que ver con las formas de hacer que los deseos de uno tengan un mayor impacto en la realidad objetiva.

En otras palabras, la persona termina pensando con su deseo de restarle el mayor valor a la realidad del entorno, o el costo real de realizar la actividad, tarea o proyecto que tiene en mente.

También podemos entender que las personas se sientan fascinadas por las emociones y las «ilusiones», capaces de realizar actividades a través de un fuerte deseo, olvidando las eventuales posibilidades negativas que pueden surgir en el proceso.

Sobreestimas tu rendimiento

En el momento en que una persona empieza a planificar el proyecto o tarea que quiere realizar, la interpretación de su desempeño es insuficiente, ya que valorará activa o muy seriamente sus habilidades y/o capacidades, pensando que podrá realizarlas con perfección.

La forma de asumir las tareas es muy fluida y, por supuesto, en un periodo de tiempo muy corto. Esta dificultad para sobrestimar el propio desempeño se convierte en un factor central que surge en la falacia de la planificación y que, en última instancia, causa estragos cuando el individuo choca con la realidad.

Consecuencias de la falacia de planificación

Al hacer estimaciones incorrectas, es probable que las personas no realicen ni completen las tareas dentro del tiempo estimado. Es por esto que terminan por no cumplir su palabra o terminan proyectando la imagen de una persona mentirosa o irresponsable.

Muchas veces, el incumplimiento de estos plazos puede generar conflictos con los demás y consigo mismo.

Dificultades emocionales y psicológicas

Cabe señalar que lo más grave será el precio de las consecuencias negativas a nivel emocional.

En definitiva, la falacia de la planificación crea una sensación de frustración muy fuerte, que muchas veces va en detrimento de la salud de quienes la padecen.

El incumplimiento de las estimaciones predichas crea incomodidad y estrés físico y mental.

¿Cómo evitar la falacia de la planificación?

La forma de evitar el fenómeno de la falacia de planificación es considerar experiencias pasadas o anteriores para repensar la sobreestimación del tiempo, nuestras habilidades y capacidades y hacerlas más relevantes a la realidad. De esta forma, podemos estimar de forma más realista cuánto tiempo debemos ser capaces de realizar una actividad y dar cuenta de los imprevistos.

De esta manera, podemos evitar quedar atrapados en este sesgo cognitivo, al igual que podemos evitar quedar atrapados en la frustración y la tensión que lleva al malestar físico.

Al hacer estimaciones, es importante considerar todos los escenarios posibles, no solo los supuestos favorables.

Es importante considerar la objetividad, dejando de lado nuestras emociones o buenas intenciones para iniciar una actividad.

Asimismo, puede valer la pena tomar como referencia la experiencia de quienes han podido realizar la misma actividad o proyecto y consultarles sobre el tiempo que puede llevar realizar la misma tarea.

Equipo Psiquiatras Online

 

× ¿Tienes dudas?