El suicidio, el acto deliberado de acabar con la propia vida, es un problema de salud pública mundial.

La prevención del suicidio debe ser una prioridad de salud pública, no solo por el elevado número de muertes por esta causa, sino también por su complejo y duradero impacto en la salud mental del círculo social de quienes fallecieron por suicidio. El hecho de que la falta de atención a la dinámica familiar y social después de una muerte por suicidio sea un factor de riesgo para futuros suicidios y trastornos mentales entre los sobrevivientes representa una de las mayores brechas en un abordaje integral de este tema y, por lo tanto, una de las mayores brechas en su prevención.

Lo que los está llevando al deseo de morir

Las niñas, niños y adolescentes en particular enfrentan factores como el encarcelamiento, la restricción de movimiento y el cierre de escuelas, que pueden tener severas repercusiones por falta de convivencia y aislamiento social, afectando etapas de desarrollo y salud mental, debido a la inasistencia escolar y la desigualdad Intensificación, vulnerabilidad a la violencia intrafamiliar, los homicidios y el aumento de embarazos adolescentes han impactado en sus planes de vida.

Muchos intentos de suicidio o suicidios pueden mitigarse con detección temprana, evaluación y tratamiento adecuados y tiempo. Para lograr esta atención integral, creemos que se deben cumplir las siguientes condiciones:

  • Cooperar con los departamentos de educación, cultura, deportes, seguridad pública y otros para implementar proyectos comunitarios para promover la salud mental.
  • Contar con una red de servicios de salud que asegure la continuidad de la atención en todos los niveles de riesgo suicida.
  • Contar con la capacidad de todos los actores sociales, incluidas las comunidades y los servicios de salud, para determinar adecuadamente los niveles de riesgo de suicidio para su manejo y referencia oportuna.

Cada día más niños visitan las salas de emergencia

El número de niños que visitan las salas de emergencia con pensamientos suicidas ha ido en constante aumento, y el aumento comenzó incluso antes de la pandemia de covid-19, que ha tenido un impacto récord en los servicios psicológicos para niños, según muestra un nuevo estudio sobre la demanda.

El impacto de la pandemia ha llamado la atención sobre el suicidio entre adolescentes y niños pequeños.

El estudio, publicado en la revista Pediatrics, utilizó datos de hospitales en Illinois. Los investigadores observaron la cantidad de niños de 5 a 19 años que buscaron ayuda para suicidarse en las salas de emergencia entre enero de 2016 y junio de 2021.

Durante ese período de tiempo, 81,051 visitas al departamento de emergencias de jóvenes se codificaron como ideación suicida. Alrededor de una cuarta parte de estas visitas se convirtieron en hospitalizaciones.

El estudio encontró un aumento del 59 % en las visitas al departamento de emergencias con pensamientos suicidas de 2016/2017 a 2019/2021. Hubo un aumento correspondiente en los casos con ideación suicida como diagnóstico principal, del 34,6 % al 44,3 %.

Desde el otoño de 2019 hasta el otoño de 2020, las hospitalizaciones por pensamientos suicidas aumentaron un 57 %.

Realmente destaca que los problemas de salud mental eran un problema real antes de la pandemia. Quiero decir, honestamente, en 2019 vimos un gran aumento en las visitas a la sala de emergencias para niños de todas las edades, lo cual es muy preocupante. Si crees que un hijo o alguien cercano tiene esos pensamientos, pide hora con nosotros ya mismo.

Equipo Psiquiatras Online

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