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Tiempos muertos: ¿por qué nos asusta el vacío emocional?

Hay momentos en que no pasa nada. No hay crisis, ni logros, ni grandes emociones. Solo estás tú, con tu rutina, tus pensamientos, tus silencios. Son los llamados “tiempos muertos”: pausas naturales de la vida donde el ruido baja, y el movimiento se detiene. Pero para muchas personas, estos tiempos son incómodos, incluso angustiosos. Porque detrás de la aparente calma, aparece el vacío emocional.

El vacío no es ausencia de vida. Es ausencia de distracciones. Y cuando la vida externa se calma, la interna empieza a hablar. Por eso tanta gente teme el silencio, la soledad, la rutina sin sobresaltos. Porque en esa quietud surgen preguntas no respondidas, emociones no procesadas y partes de uno mismo que habían sido evitadas.

La hiperactividad emocional como anestesia

Muchas personas están acostumbradas a vivir en intensidad. Si no hay urgencia, conflicto o novedad, sienten que algo está mal. Porque aprendieron a funcionar en modo alerta, a mantenerse ocupadas para no sentir. El movimiento constante se vuelve anestesia: tapar el vacío con estímulos.

Pero vivir así tiene un costo alto. Porque no se puede estar corriendo siempre. Y cuando inevitablemente llega el tiempo muerto —una tarde libre, una etapa sin crisis, una rutina sin sobresaltos— aparece la incomodidad: “¿Y ahora qué hago?”, “¿Por qué me siento tan raro?”, “¿Qué sentido tiene todo esto?”

El vacío emocional no es patológico. Es un espacio de contacto profundo contigo mismo. Pero si no sabes habitarlo, si te aterra la introspección, lo vivirás como amenaza. Cuando, en realidad, puede ser uno de los momentos más fértiles para tu crecimiento personal.

Habitar el vacío como parte esencial del bienestar

En terapia trabajamos para que aprendas a tolerar estos tiempos. A dejar de llenar cada espacio con ruido, cada emoción con actividad. A estar contigo sin necesidad de huir hacia fuera. Porque el vacío no es peligroso: es la puerta al autoconocimiento.

Solo cuando puedes estar en silencio contigo mismo, puedes escuchar lo que realmente necesitas. Solo cuando no estás reaccionando a nada externo, puedes empezar a crear desde lo interno. El vacío bien habitado no es soledad: es encuentro.

Si sientes que el aburrimiento te angustia, que los días tranquilos te desconciertan, o que la calma te incomoda más que el caos, tal vez no estés huyendo del vacío. Tal vez estás huyendo de ti.

Equipo Psiquiatras Online


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