Lo primero es detectar que estamos en modo supervivencia. Sabemos que lo somos cuando somos hiperconscientes de nuestro entorno, clima y cuerpo. Con contexto, podemos detectarlo con este tipo de pensamientos: «¿Por qué esta persona me dice esto?»; «Mi jefe no debería hacer eso»; «Estas cosas no deberían estar pasando en el mundo”

Para gestionar las emociones, distinguimos tres conceptos básicos:

Estado de ánimo

Esto es cuando tenemos una emoción fugaz, decimos que tenemos un estado emocional. Ejemplo: Estoy muy triste hoy. Si pasamos unas horas o días, o una semana de tristeza, podemos decir que tenemos un estado emocional triste.

Temperamento

Cuando llevamos meses de duelo. Por ejemplo, un temperamento melancólico o analítico se enfoca más en las emociones negativas que se presentan, siendo los períodos de tristeza el estado dominante.

Rasgos de personalidad

Cuando llevamos años de duelo. Entonces podemos decir que esa persona está triste. Es la característica central que generalmente define a una persona.

¿Hacer?

Lo que tienes que intentar es no registrar estas emociones supervivientes. No dejes que perduren en el tiempo. Si no podemos hacerlo solos, puede ser útil buscar ayuda psicológica.

¿Cómo podemos liberarlos? Si estamos tristes, nuestros cuerpos actúan fríos, sin vida y no quieren hacer nada. Si necesitamos llorar o encontrar momentos de autorreflexión, es bueno dejar de lado nuestro dolor. Las lágrimas son analgésicos naturales. El duelo significa pérdida.

Puede ser la pérdida de un ser querido, de una relación, de algún aspecto de nuestra personalidad, de nosotros mismos o de alguna situación importante. Entonces requiere que estemos con nosotros mismos y también necesitamos sentirnos cuidados y amados. Esto puede significar que necesitamos un cambio importante.

¿Por qué es importante dejar de lado las emociones de supervivencia?

Cuando hay un pensamiento, las neuronas se conectan y crean sinapsis. Los pensamientos, dependiendo de su contenido, pueden liberar diferentes neurotransmisores (sustancias químicas en el cerebro: serotonina, endorfinas, dopamina, norepinefrina…). Las emociones son energía en movimiento. Es la manera que tiene nuestro cuerpo de expresar nuestros sentimientos. Entonces sentimos físicamente la emoción.

Humor creativo

Una vez que liberamos la emoción existencial, nos enfocamos en crear la emoción. Vamos a usar el lóbulo frontal allí. «Gran Hermano del Cerebro», inteligencia ejecutiva. Esta es la capacidad que tenemos para adaptarnos a nuestro entorno. Responder adecuadamente a las situaciones que nos encontramos.

Debe haber un diálogo positivo con el cerebro, no un diálogo negativo. Por ejemplo, si queremos ser una persona más tranquila, debemos prestar atención a todo lo que nos hace sentir en paz, observar cómo piensan, sienten y se comportan las personas tranquilas, en lugar de pensar: «No quiero ser tan nervioso”, o “No quiero estar tan nervioso”. Un sentimiento”. Nuestro cerebro necesita que le demos órdenes precisas sobre lo que queremos ser o lograr. De lo contrario nos saboteamos a nosotros mismos y vamos en contra de nuestro desarrollo personal.

Nuestras emociones existenciales son adaptativas, pero son las emociones creativas las que nos hacen sentir autoestima y autorrealización.

Equipo Psiquiatras Online

× ¿Tienes dudas?