Seguramente nunca has escuchado de qué se trata este síndrome, ahora conocerás su significado y seguramente te sentirás identificado.

Se conoce también como el síndrome del corazón roto, abombamiento apical o miocardiopatía de estrés.

Fue descrito por primera vez en los noventa en Japón. Su nombre se debe porque así se llama una vasija, abombada y con el cuello estrecho que se usa en la pesca para atrapar pulpos.

 

¿Cuáles son las causas?

El 855 de los casos que se reportan es en mujeres post menopaúsicas, que tienen estrés emocional o físico repentino e inesperado que causa una liberación en exceso de adrenalina y puede afectar el corazón de algunas personas.

Hay algunos desencadenantes que pueden ser, noticias sobre una muerte inesperada de alguien muy querido, un resultado médico aterrador, el perder o incluso ganar una gran cantidad de dinero, actuando en público, desastres naturales, divorcios, entre otros.

 

¿Cuáles son sus síntomas?

Se trata de tener una presentación que se parece a un infarto al miocardio, como dolores de pecho o falta de aire. Además de que hay daño miocárdico transitorio por el cual, parte de este corazón, normalmente el ventrículo izquierdo, adquiere un modo parecido a una trampa para pulpos.

Cuando hay un infarto al miocardio, los síntomas son por un bloqueo total o casi total de una arteria coronaria, por lo general se debe a un coagulo de sangre que se crea por la acumulación de grasa en la pared de la arteria.

En este caso las arterias coronarias no tienen obstrucción.

 

El diagnóstico

Por los síntomas que pueden parecerse al inicio como un infarto, lo primero que se tiene que hacer es descartarlo, con lo que es bueno que hagas un electrocardiograma analítico con enzimas cardiacas y ecocardiogramas.

Con esto se puede identificar si se tiene un síndrome de Tako Tsubo y si hubo antecedentes con un gran y repentino evento con estrés, ausencia de factores de riesgo cardiovascular, hipertensiones, diabetes, tabaquismo y dislipemia.

El pronóstico por lo general es benigno, con una mortalidad menos al 5%.

 

Cuál es su tratamiento

No existe un tratamiento estándar, solo se parece al de un infarto del miocardio y se ve hasta confirmar el diagnóstico.

Cuando se sabe qué se parece, se reducen los medicamentos y se deja como un tratamiento con inhibidores de angiotensina, beta bloqueantes o diuréticos. La finalidad es que se recupere la función cardiaca, reducir el estrés y reducir el exceso líquido que se haya acumulado.

Equipo Psiquiatras Online

× ¿Tienes dudas?