En «La teoría de la libido y el narcisismo» (1917), Freud afirmó que el narcisismo «es el estado general y primitivo de la formación posterior del amor objetal, sin el cual [el narcisismo] debería desaparecer».

El hombre estaba hablando del amor a sí mismo, y corresponde a las primeras etapas del desarrollo del yo hacia los objetos externos, es decir, la intervención externa en la conformación interna, incidiendo en la distinción entre sujeto y objeto, y entre la felicidad y la infelicidad.

Lo bueno del narcisismo

El narcisismo es un comportamiento psicológico que ayuda a desarrollar y fortalecer el ego, y se convierte en un reservorio de sexualidad invertido por el mundo exterior.

Freud lo dividió en primario y secundario, el primero se refiere a la concentración de la libido en el yo; mientras que el segundo tiene que ver con la libido sustraída al objeto para reorientarse.

Para Winnicott (1963), el narcisismo primario corresponde a la fase de dependencia absoluta, en la que el infante se le aparece a la madre como parte de sí mismo y a través de su devoción crea en el niño la ilusión de omnipotencia, que le permite crear un mundo que los bebés pueden descubrir.

Al nacer, el vínculo afectivo entre padres e hijos está permeado por una sobrevaloración de la tendencia a depositar en el niño todos los atributos de la perfección, libre de toda crítica, y sus defectos dejados de lado. De esta manera, el niño se convierte en un objeto idealizado de amor, el centro de la creación, su «majestad infantil».

El narcisismo representa el deseo de los padres de alcanzar ideales que no pueden.

Ayuda a formarte

El narcisismo construye el placer propio porque en la infancia el ser humano se encuentra desamparado y necesitado de cuidados y sus necesidades son satisfechas desde el exterior, condición que prolonga el estado inicial del narcisismo. Por otro lado, en ese período de la vida, cuando la búsqueda principal es el placer, el mundo exterior es indiferente y desagradable; esto continúa hasta que el yo se fortalece y es capaz de invertir libremente la representación del objeto.

En fin, el narcisismo corresponde a esa conexión que hacemos con el yo, siempre en positivo, cuando se sale de las manos, donde comenzamos a creernos más que los demás, es que termina en un problema que debe tratarse.

Equipo Psiquiatras Online

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