A nadie le gusta sentirse rechazado. ciertamente. Es una de las peores experiencias sociales que podemos tener. No es nada agradable, nos hace sentir mal. Hace unos años, el rechazo era una experiencia íntima en la mayoría de las situaciones. Vivimos solos y sufrimos solos. Si no es así, pero ocurre en grupo o en un lugar público, los efectos son mucho más intensos y dañinos. Sin embargo, la mayoría de las veces experimentamos el rechazo de personas que conocemos o que creemos conocer.

La llegada de la comunicación virtual ha cambiado eso. Actualmente, enfrentamos el rechazo de personas que no conocemos (o creemos que no conocemos), quienes lo hacen a través de las redes sociales y se aprovechan del anonimato e impunidad que brindan.

Efectos de exclusión virtual

Podríamos pensar que preocuparse por las cosas que les importan a las personas sin rostro debería ser fácil de manejar. No es lo mismo que te lo digan en la cara o que te avergüencen delante de un grupo. Pero no funciona así.

Los efectos de la exclusión virtual pueden ser de mayor alcance. Principalmente por el efecto de obtener el doble de resultado con la mitad de esfuerzo. Pensamos que es el reflejo de un todo que no nos gusta cuando lo recibimos. Puede ser devastador, haciéndonos pensar que no valemos nada o que nadie nos amará jamás.

No cabe duda de que estamos ante un reto enorme -saber lidiar con el rechazo anónimo- y si para los mayores es complicado, para los más pequeños es aún más intenso y poco claro Distinguir la diferencia entre «vivir virtual» y la vida real.

Es importante que nos demos cuenta de que los rechazos virtuales pueden ser tan dañinos, si no más, que los rechazos que ocurren en el mundo real. Y las personas que lo padecen están muy tristes.

Si quieres conocer más sobre  el rechazo virtual y tienes problemas para lidiar con ello, no dudes en pedir hora con nosotros, te podemos ayudar para evaluar, analizar o conversar. Seguro aclararás más las ideas. Escríbenos ahora.

 

Equipo Psiquiatras Online

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