Ser sapiosexual implica sentir atracción sexual hacia la inteligencia de otra persona, en lugar de centrarse en el físico u otras cualidades y valores. La estimulación mental es mucho más excitante para el sapiosexual que la belleza estética o el contacto físico. El término «sapiosexual» proviene de la palabra «sapiens», que significa «sabio» en latín.

Este concepto no es nuevo y ha existido desde tiempos antiguos. Por ejemplo, Platón introdujo la idea de una escala de gradación desde la belleza corporal hasta la belleza del alma y la inteligencia. La sapiosexualidad se manifiesta de diversas maneras en la vida cotidiana, desde la atracción de un alumno hacia su profesor hasta el deseo sexual hacia personas maduras y expertas en ciertas áreas.

El IQ tiene un gran papel

Investigaciones recientes han demostrado que hay una relación entre el coeficiente intelectual y el atractivo sexual, siendo la inteligencia un factor importante en las parejas. Aunque se cree que hay más mujeres sapiosexuales que hombres, esto no significa que la sapiosexualidad sea exclusiva de un género.

Los sapiosexuales valoran la conversación profunda, los debates sobre temas complejos y la riqueza del vocabulario. Evitan las conversaciones triviales y se sienten atraídos por individuos desafiantes y misteriosos. Para ellos, la atracción comienza con el conocimiento de la persona a nivel intelectual, y valoran más la inteligencia que la apariencia física.

Ser sapiosexual implica una atracción basada en la estimulación mental y el intelecto de otra persona, más que en su apariencia física u otras características superficiales. Esta forma de atracción es más profunda y se basa en una conexión intelectual. Si te identificas como sapiosexual y necesitas ayuda para entender o expresar tu sexualidad, es recomendable buscar el apoyo de un profesional de la psicología.

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