El origen del concepto de responsabilidad emocional como forma de comportamiento en las relaciones humanas, especialmente en las relaciones afectivas, pero también en las familiares, amistosas e incluso laborales, toma el concepto clásico y lo sintetiza en torno a una reflexión sobre el concepto de poliamor.

Como ya hemos señalado, la responsabilidad emocional no es un rasgo de personalidad sino un estilo de comportamiento, y como tal, se puede aprender y desarrollar. Desde una perspectiva emocional, ser responsable significa recurrir a nuestra inteligencia emocional para gestionar nuestras emociones y empatizar con las emociones de los demás aplicando diferentes comportamientos y actitudes.

Se requiere comunicación sincera y honesta

Dicen que todo pasa en el amor y en la guerra. El amor no es una lucha emocional entre dos personas, aunque en la práctica ocurre más a menudo de lo que nos gustaría. En cambio, la búsqueda de la armonía debe consistir en cuidarse unos a otros. Y esto solo se puede lograr a través de una comunicación honesta y siempre bidireccional. Tampoco se trata de soltar lastre el primer día, se trata de evitar los engaños y los peligrosos juegos emocionales que suelen envenenar una relación hasta volverla tóxica.

Evitar sufrimientos innecesarios

Obviamente, cuando comienza una relación, las intenciones y expectativas no siempre son claras. Los sentimientos a menudo cambian cuando dos personas se conocen, el amor y el afecto aumentan o disminuyen. Cuando estos sentimientos divergen mucho, es importante intervenir antes de que cualquiera de las partes se sienta engañada. Incluso si duele, tienes que estar despierto, no sea que sea demasiado tarde y el dolor sea aún peor.

Trazar límites

En ese sentido, una excelente manera de construir una relación sana y honesta es ponerle límites, si ambas partes están de acuerdo. Eso sí, tampoco los pases, porque estaríamos violando el acuerdo. Nunca debemos ocultar la verdad o engañarnos unos a otros sobre este punto.

Validar al otro

Un aspecto que refuerza decisivamente la responsabilidad emocional es la validación mutua de las emociones. En una relación, ninguna persona es más importante que la otra. Por lo tanto, tus emociones tampoco deberían ser más relevantes. Validar las emociones de tu pareja significa encontrar el equilibrio que asegure una relación sana.

Asumir el conflicto

Ser emocionalmente responsable también significa asumir que en una relación no todo es pasión y romance, fiestas y diversión. Asumir con calma el conflicto inherente a cualquier relación es la única manera de comprometerse a solidificarlo. Por el contrario, huir antes del primer toque de tambor nos impide involucrarnos profundamente y comprender otras realidades distintas a la nuestra, dejándonos aislados en nuestra torre de marfil emocional.

 

Sin embargo, no es recomendable afrontar la intimidad a la defensiva, por miedo al primer conflicto. Llegará y nos pondrá a prueba: desde el minuto 1, no te pongas una venda en la herida, disfruta del momento.

Equipo Psiquiatras Online

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