Sufrir una crisis de pánico se encuentra entre las experiencias más aterradoras que puede experimentar una persona a lo largo de su vida. Es frecuente que las personas con ataque de pánico sientan que están muriendo, y algunas incluso llegan a las salas de urgencia acusando síntomas que atribuyen a un paro cardíaco, como opresión y dolor agudo en el pecho o respiración agitada, pero que más allá de una presión relativamente alta, no presentan ninguna alteración cardiovascular. Junto con un terror muy intenso, durante y después de un episodio de ataque de pánico también es frecuente que las personas perciban una sensación de pérdida del control sobre su propio cuerpo o sobre sí mismas.

Es por eso que luego de sufrir una crisis de pánico, la persona puede sentirse abatida,nerviosa o deprimida por miedo a que vuelva a ocurrir, es por esta razón que las personas adoptan conductas o “patrones de evitación” hacia cualquier cosa que se relacione al episodio traumático, como el lugar, las personas o la actividad que la persona realizaba al momento de la crisis de pánico.

Los trastornos de pánico afectan mayoritariamente a las mujeres, y existen además factores familiares que nos pueden incrementar las probabilidades de vivir episodios de este tipo: tanto por predisposición genética como por la crianza y contexto de la persona.

Ante una crisis de pánico, la línea de tratamiento más frecuente es la psicofarmacología asociado a psicoterapia por un periodo de seis meses como mínimo. En cualquier caso, si ocurren tres o más ataques de pánico en un periodo de 12 meses, el cuadro se denomina Trastorno de pánico, y debe tratarse con especial urgencia.

La crisis de pánico puede ser indicio de alguna otra enfermedad subyacente, por lo cual, debes consultar a un médico  psiquiatra, sobre todo si la crisis de pánico pareciera no tener un desencadenante aparente- para descartar cualquier otra enfermedad médica .

También es importante abordar un episodio de ataque de pánico con un profesional de salud mental, pues el miedo racional o irracional que se presenta en una crisis de pánico nos puede decir mucho sobre cosas dentro de nosotros mismos a las que quizás no estamos prestando la atención suficiente, o derechamente hay temas de los que no nos hemos hecho cargo y aparecen en forma desproporcionada en episodios como éste. Una crisis de pánico puede ser la forma en que nuestro cuerpo nos dice a gritos las cosas que no hemos querido escuchar de otras maneras.

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