Hay momentos en los que no te reconoces, haces las cosas de siempre, pero ya no las disfrutas. Hablas con la gente, pero te sientes lejos. Es como si algo dentro de ti se hubiera apagado.
Eso que sientes no es debilidad, es una herida que pide atención.
La sanación emocional no sucede de un día para otro ni con frases motivadoras, exige tiempo, paciencia y presencia, es aprender a vivir sin que te controle.
Entender el dolor es el primer paso para sanar
La mayoría intenta huir del dolor: distraerse, trabajar más, “pasar la página”. Pero lo que evitas, se queda. Lo que enfrentas, se transforma.
La sanación emocional comienza cuando dejas de correr y decides mirar lo que te duele con honestidad. Pregúntate: ¿qué parte de mí se rompió?, ¿qué estoy cargando que ya no me corresponde?
En consulta, muchos pacientes dicen: “Quiero dejar de pensar en eso”. Pero sanar no es borrar, es integrar, entender que el pasado no puede cambiar, pero sí tener un nuevo significado.
Cómo avanzar paso a paso hacia tu sanación
- No te castigues por llorar o por tener días malos, las emociones no son enemigas; son mensajes. Ignorarlas solo prolonga el sufrimiento.
- Cuando compartes lo que te duele, se vuelve más liviano, escríbelo, cuéntalo a alguien de confianza o trabajarlo en terapia. Lo importante es que no lo cargues en silencio.
- Todos hemos actuado desde el miedo o la confusión, la sanación emocional es perdonarte por lo que hiciste cuando no sabías hacerlo mejor.
- Recupera pequeñas rutinas que te devuelvan vida: caminar, cocinar, leer, orar, respirar. No busques resultados rápidos, reconecta contigo.
- El dolor se hace tan profundo que cuesta enfrentarlo solo. Un psicólogo servirá para entender tus emociones y construir herramientas para sanar desde la raíz.
Tu esencia no se perdió, espera a que vuelvas a mirarte con ternura.
Equipo Psiquiatras Online


