Todos tenemos patrones emocionales y conductuales que se repiten. A veces son reacciones automáticas, elecciones similares o vínculos que parecen calcados. Aunque parecen casuales, no lo son. Son huellas del pasado que siguen dirigiendo tu presente… incluso cuando ya no tienen sentido.
Por qué repetimos lo que nos duele
Repetimos lo conocido, incluso si duele, porque nos resulta familiar. Porque el cerebro y las emociones buscan lo que alguna vez fue “normal”, aunque haya sido disfuncional. Si creciste en un entorno donde el amor venía con abandono, puedes repetir relaciones con ausencia emocional. Si aprendiste que tu valor dependía de rendir, puedes sobrecargarte constantemente. Y así, sin darte cuenta, te vuelves esclavo de ciclos que ya no te aportan, pero que no sabes cómo romper.
Estos patrones no se mantienen por falta de inteligencia, sino por heridas sin resolver. Son intentos del inconsciente de entender o resolver el pasado… repitiéndolo. Solo que el pasado no se repara desde la repetición, sino desde la conciencia.
Elegir diferente también es una forma de sanar
Romper un patrón empieza por reconocerlo. Pregúntate: ¿Qué situaciones se me repiten? ¿Qué hay en común en mis relaciones, decisiones o reacciones? ¿Qué parte de mí sigue buscando algo que nunca recibió?
Después, empieza a hacer espacio para lo nuevo. No tienes que cambiarlo todo de golpe. Basta con empezar a elegir distinto una vez. Decir que no, pedir ayuda, esperar algo sano, soltar a quien ya no suma. Cada pequeña acción diferente rompe parte del ciclo.
Si sientes que estás atrapado en repeticiones que te lastiman, agenda una hora con nosotros. Te ayudamos a entender tu historia y a empezar a escribirla de otra manera.
Equipo Psiquiatras Online