Rabia, inseguridad, tristeza y esperanza son las emociones que más se repiten durante estos días de agitación social, según afirma la encuesta Pulso Ciudadano, publicada recientemente por Activa Research. En este contexto, algunas personas pueden experimentar sentimientos particularmente intensos, que pueden modificar conductas, hábitos, relaciones o nuestra vida en general.

A veces estas emociones son tan intensas que se experimentan como algo dentro de ti que crece y lucha por salir. Eso es precisamente lo que debemos hacer: “dejar salir” nuestras emociones, compartir con nuestras personas de confianza, hablar de las situaciones complejas y cómo éstas nos afectan, es una de las estrategias más efectivas para mantener nuestra emocionalidad bajo control.

Una parte importante del control de nuestras emociones pasa por tener conciencia de cómo nuestro cuerpo y nuestra salud impactan en nuestro estado mental de forma subconsciente. Es por eso que, cuando nos vemos expuestos a periodos de alta emotividad, es fundamental prestar atención a cómo esas emociones pueden alterar nuestros ritmos biológicos naturales.

En este caso, atacar el síntoma es la mejor estrategia para solucionar el problema. Para mantener nuestra estabilidad emocional y no convertirnos en una bomba de tiempo, los médicos recomendamos mantener una rutina constante en los horarios de sueño, privilegiar los alimentos saludables y pasar más tiempo con nuestros seres queridos.

Junto con tomar conciencia de nuestros cuerpos, también debemos reflexionar en torno a las emociones que se desencadenan ante la contingencia, entendiendo que la sobresaturación de información es parte de vivir en una sociedad hiperconectada como la nuestra. Es fundamental estar al tanto de la contingencia para tomar decisiones y tener una opinión, pero más allá de eso, hay que evitar quedarse atrapado en el exceso de noticias que no aportan, sobre todo en televisión y redes sociales. En síntesis, la mejor estrategia para que el desborde emocional no nos pase la cuenta tiene tres pasos: expresar nuestras emociones y compartirlas con nuestros seres queridos, mantener rutinas claras y un estilo de vida saludable, y tomar conciencia de cómo nos afecta el consumo de información. Por último, debemos entender que estas situaciones escapan al control de una sola persona, y que mantener la calma es la mejor forma de navegar en estas aguas agitadas, esperando que todos lleguemos a buen puerto.

× ¿Tienes dudas?