Palabra clave: dependencia emocional
El amor no debería doler tanto, pero cuando dependes de alguien para sentirte en paz, lo que vives ya no es amor, es dependencia emocional y lo más difícil de reconocerla es que, desde fuera, parece cariño, te dices que lo amas, que solo te importa, que no podrías vivir sin él o ella. Pero por dentro, algo se siente mal. Te cansas, te vacías, te pierdes un poco más cada día tratando de sostener lo insostenible.
Cuando el amor se convierte en una necesidad
La dependencia emocional nace cuando crees que sin el otro no puedes estar bien. Empiezas a justificar su maltrato, o su indiferencia solo para no perderlo.
Te adaptas, cambias, te callas, haces lo que sea por mantener la relación, pero en ese intento por conservar el amor, te vas dejando a ti mismo atrás.
En consulta, muchos pacientes dicen: “sé que no me hace bien, pero no puedo irme”. Y eso es justo lo que la dependencia hace: te atrapa entre el miedo y el deseo, entre el amor y el vacío, sobrevives al vínculo. Buscas en la pareja lo que no te diste: validación, compañía, afecto incondicional.
Pero ningún amor puede llenar un hueco que nació antes de la relación.
Solo tú puedes hacerlo, aprendiendo a quererte sin necesitar ser salvado.
Cómo salir del ciclo sin romperte por dentro
- No lo justifiques, si siempre eres tú quien da, explica o pide disculpas, hay un desequilibrio emocional.
- Recupera espacio, amistades, actividades que te recuerden quién eres fuera de la pareja. La independencia emocional se entrena con pequeños actos de libertad.
- Cuando te conoces y te valoras, ya no aceptas migajas, amar desde la plenitud es no perderte en el intento.
- La dependencia emocional tiene raíces profundas en heridas de abandono o baja autoestima. En terapia comprenderás su origen y te vincularás desde el respeto y la reciprocidad.
Equipo Psiquiatras Online


