En un texto previo revisamos los medicamentos antidepresivos. Ahora abordaremos los que tienen acción en el sistema nervioso central -psicofármacos- y son conocidos como neurolépticos o antipsicóticos.

Reciben su nombre ya que actúan en aquellos síntomas que describimos clásicamente como positivos: alteraciones de nuestra percepción o de nuestro pensamiento (alucinaciones y delirios). 

Los neurolépticos tienen más de una acción y actúan en todo nuestro organismo. Buscan ayudar en el tratamiento de trastornos mentales de diversa índole y cada uno tendrá un perfil de acción. 

Se describen efectos adversos particulares en los de primera y segunda generación. La principal diferencia es el perfil de efectos adversos que poseen y que se busca equilibrar con las ventajas y beneficios de su uso. 

¿Para qué sirven?

Pese a que pudieran tener mala fama muchos antipsicóticos son los tratamientos de primera línea indicados para cuadros psicóticos, así como para otras condiciones clínicas. 

Aportan un beneficio no sólo en los pensamientos y percepciones, sino también en la disminución de la angustia, un mejor descanso, etc. De ahí que el criterio de selección deba ser personalizado. Para muchas personas la intensidad de las manifestaciones que presentan las hace buscar apoyo profesional. 

Si bien es poco probable que una persona cursando con un cuadro psicótico de diverso origen acuda espontáneamente a recibir atención, sí es importante saber que la indicación de estos medicamentos no significa que tengamos una psicosis y si ese fuera el caso, tener la tranquilidad que son la primera línea de tratamiento farmacológico. 

Todos los tratamientos con psicofármacos deben ser guiados por un profesional. El medicamento es una parte del manejo del cuadro y no es la única intervención que se requiere. 

Cada medicamento tiene características específicas que hacen que tengan potenciales efectos adversos que no deben ser descuidados.  

Si una persona se encuentra realizando un tratamiento que contemple el uso de antipsicóticos y siente que es necesario un ajuste en el tratamiento que recibe, lo ideal es que lo comunique y consensue con su médico tratante. 

Un uso indiscriminado está absolutamente desaconsejado por varias razones, pero la principal es por seguridad. Es imprescindible saber qué estamos tratando con ellos, para qué fueron indicados y cómo estos medicamentos se incluyen en un plan de manejo integral que permita seguir participando activamente en la terapia. 

Si necesitas más información sobre este tema pregúntale a tu tratante. Si nunca has tomado antipsicóticos y el plan de manejo propuesto lo plantea, realiza todas tus consultas. Es importante una buena comunicación con tu médico.

Por último, si estás enfrentado una situación difícil o llevas largo tiempo sintiendo un malestar, te animamos a buscar a algún profesional de nuestro equipo que pueda ayudarte y brindarte el asesoramiento que necesites. 

Psiquiatra Dra. Cristina Sade

Equipo psiquiatrasonline

Utilidad de los psicofármacos: los neurolépticos

En un texto previo revisamos los medicamentos antidepresivos. Ahora abordaremos los que tienen acción en el sistema nervioso central -psicofármacos- y son conocidos como neurolépticos o antipsicóticos.

Reciben su nombre ya que actúan en aquellos síntomas que describimos clásicamente como positivos: alteraciones de nuestra percepción o de nuestro pensamiento (alucinaciones y delirios). 

Los neurolépticos tienen más de una acción y actúan en todo nuestro organismo. Buscan ayudar en el tratamiento de trastornos mentales de diversa índole y cada uno tendrá un perfil de acción. 

Se describen efectos adversos particulares en los de primera y segunda generación. La principal diferencia es el perfil de efectos adversos que poseen y que se busca equilibrar con las ventajas y beneficios de su uso. 

¿Para qué sirven?

Pese a que pudieran tener mala fama muchos antipsicóticos son los tratamientos de primera línea indicados para cuadros psicóticos, así como para otras condiciones clínicas. 

Aportan un beneficio no sólo en los pensamientos y percepciones, sino también en la disminución de la angustia, un mejor descanso, etc. De ahí que el criterio de selección deba ser personalizado. Para muchas personas la intensidad de las manifestaciones que presentan las hace buscar apoyo profesional. 

Si bien es poco probable que una persona cursando con un cuadro psicótico de diverso origen acuda espontáneamente a recibir atención, sí es importante saber que la indicación de estos medicamentos no significa que tengamos una psicosis y si ese fuera el caso, tener la tranquilidad que son la primera línea de tratamiento farmacológico. 

Todos los tratamientos con psicofármacos deben ser guiados por un profesional. El medicamento es una parte del manejo del cuadro y no es la única intervención que se requiere. 

Cada medicamento tiene características específicas que hacen que tengan potenciales efectos adversos que no deben ser descuidados.  

Si una persona se encuentra realizando un tratamiento que contemple el uso de antipsicóticos y siente que es necesario un ajuste en el tratamiento que recibe, lo ideal es que lo comunique y consensue con su médico tratante. 

Un uso indiscriminado está absolutamente desaconsejado por varias razones, pero la principal es por seguridad. Es imprescindible saber qué estamos tratando con ellos, para qué fueron indicados y cómo estos medicamentos se incluyen en un plan de manejo integral que permita seguir participando activamente en la terapia. 

Si necesitas más información sobre este tema pregúntale a tu tratante. Si nunca has tomado antipsicóticos y el plan de manejo propuesto lo plantea, realiza todas tus consultas. Es importante una buena comunicación con tu médico.

Por último, si estás enfrentado una situación difícil o llevas largo tiempo sintiendo un malestar, te animamos a buscar a algún profesional de nuestro equipo que pueda ayudarte y brindarte el asesoramiento que necesites. 

Psiquiatra Dra. Cristina Sade

Equipo psiquiatrasonline

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