Los psicofármacos son aquellos medicamentos que tienen acción en el sistema nervioso central. Se clasifican según la principal acción que realizan, pero debemos saber que cada uno de ellos tiene más de una acción y en general actúan en todo nuestro organismo. 

Cuando hablamos de un manejo farmacológico lo primero que debemos considerar es que son una parte del tratamiento. Para muchos cuadros en salud mental la psicoterapia -realizada por un profesional con entrenamiento clínico- es una herramienta fundamental que no sólo complementa si no que optimiza el manejo farmacológico. 

En el caso de los denominados medicamentos “antidepresivos” si bien cada uno tendrá un perfil de acción y efectos adversos particulares, por lo general todos demoran en hacer el efecto antidepresivo propiamente tal al menos dos semanas.

Aunque su nombre lo indique, no es la única utilidad que tienen estos fármacos. Muchos antidepresivos son los tratamientos de primera línea indicados para cuadros de ansiedad importantes y otras condiciones clínicas. De ahí que el criterio de selección debe ser personalizado. 

Muchas personas buscan ayuda profesional debido a la intensidad de las manifestaciones que presentan.

Tratamiento personalizado

La angustia y/o la ansiedad son emociones normales que nos acompañan y preparan frente a aquello que sentimos amenazante. Nos dan información y nos ayudan a adoptar las medidas que sean necesarias para sentirnos seguro/as en nuestros contextos.

Emociones como la tristeza persistente pueden ser parte de un cuadro del ánimo que se beneficiaría al recibir atención. Los tratamientos con psicofármacos deben de ser guiados por un profesional por dos grandes razones: son parte del tratamiento y no la única intervención y porque cada medicamento tiene características específicas que hacen que tenga potenciales efectos adversos que no deben ser descuidados e interacciones con otros medicamentos, entre otros.

Otra característica importante que comparten los psicofármacos es que todos se metabolizan en el mismo lugar que el alcohol, por lo que tomarse una copa de vino, por ejemplo, para la gran mayoría de los pacientes será como tomarse tres. El consumo de alcohol, caso a caso, debiera estar desaconsejado. 

Es importante además conocer las reacciones adversas y cómo enfrentarlas. Si una persona se encuentra realizando un tratamiento con antidepresivos y siente que es necesario un ajuste, debe conversarlo con su médico tratante. 

El uso indiscriminado está absolutamente desaconsejado por varias razones, pero la principal es por seguridad. Existen algunas condiciones que requieren un uso continuado, pero la gran mayoría los ocupará como tratamientos acotados que no debieran ser menores a 6 meses para la gran mayoría de los casos. 

Son poquísimos los casos en que está recomendado suspender de manera abrupta un tratamiento de este tipo. 

Salvo en casos graves, la mayoría de los pacientes debe realizar una disminución planificada. Lo importante es saber qué estamos tratando con ellos, para qué fueron indicados y cómo estos medicamentos se incluyen en un plan de manejo integral que permite al paciente sentirse partícipe del tratamiento. 

Si necesitas más información sobre este tema pregúntale a tu medico tratante. Si nunca has tomado antidepresivos y el plan de manejo propuesto lo plantea, realiza todas tus consultas. Es fundamental una buena comunicación con quien será tu tratante. 

Si estás enfrentado una situación difícil o llevas largo tiempo sintiendo un malestar, te animamos a buscar a algún profesional de nuestro equipo que pueda ayudarte y/o brindarte el asesoramiento que necesites. 

Dra. Cristina Sade

Psiquiatra Equipo Psiquiatras Online

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