La cocaína aumenta la producción de neurotransmisores como dopamina, norepinefrina y serotonina, mientras bloquea su recaptación, generando una sobreabundancia de estas sustancias en el cerebro. Esto causa intensas señales neuronales y euforia. Con el tiempo, el cerebro se acostumbra, requiriendo más cocaína para el mismo efecto, llevando a un consumo compulsivo y adicción.

El impacto psicológico de la adicción a la cocaína

El consumo de cocaína altera el sistema de recompensa cerebral, disminuyendo el placer en actividades naturales y generando una búsqueda constante de la droga. Los efectos eufóricos son seguidos por «bajones» con depresión y ansiedad, impulsando a consumir más. Las consecuencias son severas, como problemas sociales, económicos y de salud, como trastornos cardiovasculares, daño cerebral y riesgo de infecciones.

El consumo de cocaína está relacionado con problemas de salud mental, incluida la depresión debido a la alteración del sistema de recompensa cerebral. Puede causar ansiedad, paranoia, afectar la memoria y concentración, y producir cambios duraderos en la estructura y función cerebral incluso después de dejar de consumir la droga.

La terapia para la adicción a la cocaína

La adicción a la cocaína se puede tratar con éxito. El proceso de tratamiento comienza con la desintoxicación, seguida de terapia cognitivo-conductual (TCC) para cambiar patrones de pensamiento y comportamiento relacionados con la adicción. El apoyo social también es crucial en el tratamiento, ya que brinda un espacio para compartir experiencias y aprender de otros. Con el tratamiento adecuado y el apoyo necesario, es posible dejar de consumir cocaína y recuperarse de la adicción.

Equipo Psiquiatras Online

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