Las personas amantes afirman ser inconscientes, especialmente en primer lugar, para saber dónde se están metiendo. En algunos casos entrevistados, los enamorados desconocían el estado civil de la infiel porque simplemente lo ignoraban.

Cómo viven las pasiones las amantes

La sexualidad de estas parejas, como ellos la llaman, parece estar dotada de una química irresistible, casi adictiva, que los lleva a descontrolarse y en algunos casos a que continúen y profundicen esta relación.

En lo que a los amantes se refiere, este acto sexual aporta una novedad y un disfrute sin precedentes. El sexo parece ser una fuente de compromiso no tanto por su novedad como por el (auto)descubrimiento y el disfrute que trae. Hay algo irresistible e incontenible en este tipo de sexualidad, que por otro lado, como ellos la describen, no difiere en su forma de otras relaciones sexuales anteriores, es decir, estas Relaciones aportan detalles que no involucran una sexualidad más allá de lo mundano. pero agrega una capa adicional que es difícil de expresar.

¿Y qué hay de la amante que entra en este triángulo amoroso?

Las personas amantes afirman que, sobre todo al principio, no saben en lo que se están metiendo. En algunos casos, las amantes no saben el estado civil de la infidelidad porque simplemente lo ignoran.

Luego de entrevistar a varias mujeres que se autodefinían como «amantes» porque habían estado en relaciones con hombres comprometidos y/o casados ​​durante al menos un año. muchas mujeres están enamoradas y su comportamiento va en contra de sus propias creencias y valores. ​(saben que engañan a un tercero), pero continúan la relación porque se sienten recompensados ​​y utilizan el autoengaño como mecanismo de defensa.

Este mecanismo de defensa se demuestra cuando, de forma consistente, ninguno de los amantes experimenta esta triangulación. De hecho, sorprende que estas parejas hablen de fidelidad, la discutan e incluso hagan posibles acuerdos de lealtad, mientras que ambas partes a su vez mantienen relaciones adicionales de cónyuges oficiales o amantes con otras personas, a pesar de que el propósito es por diversas razones.

El amante no conoce o niega su dominación porque las reglas las impone el casado, sin dejarle margen de maniobra. La amante se adapta a las reglas sin darse cuenta de cómo va cambiando su carácter y autonomía. Estamos ante un hombre visiblemente inseguro (baja autoestima) que pone su energía en la relación a pesar de que sabe que no está obteniendo el aprecio o la validación que desea.

En definitiva, las aventuras extramatrimoniales son un ejemplo de trastorno narcisista: porque tanto al infiel como a su amante les mueve el principio del placer inmediato, más que la realidad, lo que implica empatía por el afectado.

Si estás en la posición de amante y no te sientes cómodo o cómoda, puedes pedir hora con nosotros para trabajarlo.

Equipo Psiquiatras Online

 

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