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Terapia online: por qué funciona (y cuándo no)

En los últimos años, la terapia online se ha convertido en una alternativa cada vez más común. La posibilidad de recibir apoyo psicológico desde la comodidad del hogar, con solo una conexión a internet, abre un mundo de oportunidades para quienes antes veían difícil o imposible acudir a terapia presencial. Pero, como todo recurso, tiene sus ventajas y también sus limitaciones.

¿Por qué la terapia online funciona?

La terapia online funciona porque mantiene lo esencial: la relación entre el paciente y el profesional. A través de videollamadas, llamadas de voz o incluso chats especializados, se puede trabajar en los mismos procesos que en un consultorio físico: gestionar emociones, mejorar la autoestima, afrontar duelos, tratar la ansiedad o la depresión.

Entre sus beneficios destacan la accesibilidad y la flexibilidad. Para personas con agendas ocupadas, que viven en lugares lejanos o que sienten vergüenza de asistir físicamente a un consultorio, la terapia online se convierte en una puerta de entrada ideal. También permite una continuidad mayor, ya que es más fácil agendar sesiones y mantener la constancia.

Además, la investigación científica respalda su eficacia en muchos casos. Estudios muestran que los resultados de la terapia online pueden ser similares a los de la presencial, siempre que se cumplan ciertos criterios de calidad y compromiso.

La clave está en que el vínculo emocional y la confianza con el terapeuta se pueden generar también en un entorno digital. Lo importante no es tanto el lugar, sino el proceso.

¿Cuándo la terapia online no es suficiente?

Aunque es una herramienta poderosa, no siempre es la mejor opción. La terapia online puede ser limitada en casos donde se requiere una intervención más cercana e intensiva.

Algunas señales de que quizá no es la modalidad adecuada son:

  • Crisis graves de salud mental: intentos de suicidio, episodios psicóticos o situaciones que requieren supervisión inmediata.
  • Dificultad para mantener privacidad: no contar con un espacio seguro para hablar libremente en casa.
  • Problemas de conexión constante: la falta de internet estable puede interrumpir el proceso terapéutico.
  • Necesidad de intervenciones presenciales: en ciertos casos, combinar terapia online con presencial puede ser más efectivo.
  • Resistencia al formato digital: si la persona no logra sentirse cómoda en videollamadas, el proceso pierde fluidez.

Reconocer estas limitaciones no significa que la terapia online no sirva, sino que cada caso necesita una evaluación para elegir la modalidad más beneficiosa.

La terapia online es una oportunidad valiosa para acercar la salud mental a más personas. Funciona, siempre que se utilice de forma adecuada y se adapte a las necesidades individuales. Y cuando no es suficiente, puede complementarse o derivarse a otras formas de apoyo.

Si estás pensando en comenzar tu proceso, pero las barreras del tiempo o la distancia te lo han impedido, la terapia online puede ser la solución que necesitas. Te invitamos a pedir hora con nosotros y dar el primer paso hacia tu bienestar.

Equipo Psiquiatras Online


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