La autoestima no siempre se muestra como imaginamos. No todas las personas que parecen seguras lo están. Y no todas las personas que dudan de sí mismas carecen de autoestima. De hecho, uno de los errores más comunes es asumir que la autoestima se manifiesta de forma obvia, cuando en realidad tiene dos caras: una ruidosa, que se hace notar; y una silenciosa, que actúa con firmeza pero sin necesidad de validación externa.
Reconocer qué tipo de autoestima tienes —y cuál te gustaría desarrollar— puede ayudarte a entender muchas de tus decisiones, relaciones y reacciones emocionales. Porque la diferencia entre aparentar seguridad y habitarla desde adentro es enorme.
Autoestima ruidosa: visible, pero frágil
La autoestima ruidosa se construye sobre la necesidad constante de aprobación, reconocimiento o superioridad. Puede verse en quienes se muestran muy seguros, competitivos, incluso dominantes, pero que en el fondo dependen del aplauso o la validación de los demás para sentirse valiosos. Es ruidosa porque necesita ser vista, admirada, aplaudida. Sin eso, se tambalea.
No es que esta autoestima sea falsa, pero sí suele estar sostenida por capas externas: logros, apariencia, popularidad, control. Cuando algo de eso falla, la inseguridad aparece con fuerza. Las personas con autoestima ruidosa pueden tener éxito, pero sentirse solas. Pueden dar mucho a los demás, pero no saber qué quieren realmente. Porque se han acostumbrado a funcionar hacia afuera.
Autoestima silenciosa: sólida, aunque invisible
La autoestima silenciosa, en cambio, no necesita exhibirse. No se mide en palabras, sino en actos. Es la persona que sabe lo que vale, aunque no lo diga. Que pone límites sin sentirse culpable. Que no necesita probar nada, porque su validación nace desde dentro.
Esta forma de autoestima permite sostener el rechazo sin derrumbarse, tomar decisiones impopulares sin miedo, y mantener relaciones más sanas. Pero puede pasar desapercibida, incluso para quien la tiene, si ha crecido acostumbrado a no reconocerse.
En terapia, ayudamos a construir esta autoestima desde lo profundo: no basada en lo que haces, sino en quién eres. No centrada en el juicio externo, sino en la coherencia interna. Porque el verdadero valor no hace ruido, pero transforma tu vida.
Equipo Psiquiatras Online